No es raro pensar en que todos los seres humanos queremos innovar, arriesgarnos y aventurarnos a hacer cosas que resulten interesantes y de por sí que nos permitan ser reconocidos por nuestro entorno social, amigos y compañeros.
Es común, fijarnos metas y sueños, de tal manera maquilamos internamente historias, aventuras, pensamientos de cómo alcanzarlos y luego buscamos sentido y quisiéramos que se puedan contar historias sobre estas metas y sueños.
Nuestra vida, nuestro empleo, nuestra empresa, arrancan desde simple ideas y conceptos, lo interesante es poder llegar a lograr materializarlos. Algunos simplemente se quedan pensando toda la vida en cómo haberlo hecho, otros sin mucho sentido arrancan a buscar la materialización sin tener muy claro cuando realmente lo van a lograr. Sin importar el método, todos tratamos de hacerlo, algunas personas lo logran, otras terminan por abandonar la búsqueda; nuestras vidas personal no es nada diferente a lo que pasa en el entorno empresarial.
Las empresas como las personas, arrancan en la búsqueda de sus sueños (Objetivos Estratégicos) algunas con un formalismo extremo, que gastan todas sus energías en el control del objetivo y no en la búsqueda del objetivo. Otras sin tener ni siquiera objetivos, invierten grandes esfuerzos en la búsqueda de elementos que le permitan ser reconocidos en su propio entorno.
Cuando uno hace el comparativo de nuestra vida con la vida de una organización, es posible que comprenda la forma tan aleatoria cómo se comporta nuestra vida o nuestra empresa, de acuerdo al caso. Esto no es bueno ni malo, pero la verdad es que el poder está en nosotros mismos, el poder del hacer, del asumir los riesgos y de vivir la aventura.
En términos profesionales y consultivos, promover la aventura empresarial al igual que una aventura personal debería estar enmarcado por el entrenamiento y la preparación para poderla enfrentarla. Entre más sea la aventura, más grande debe ser los esfuerzos por estar preparados, por planear, por tener alternativas, para que en todos los escenarios se salga con vida y con experiencia al haber intentado cumplirla.
Las organizaciones, pueden preparase, adoptando modelos de gobierno, modelos de gestión, que permitan ser más flexibles y adaptables a las situaciones extremas, algunos llaman esto innovación otros simplemente lo denominamos adopción, sin importar lo que realmente es, lo importante es saber que se puede hacer. Nuestra vida es igual, si queremos algo, seguramente planeamos, nos preparamos y cuando llega, sólo disfrutamos la aventura.
Como consultor de Arquitectura Empresarial, veo en ocasiones organizaciones que desean experimentar toda la adrenalina de la aventura, sin tener que pasar por todos los penosos pasos de la preparación, planeación y construcción de los sueños. Situaciones que hacen que esa aventura no se disfrute realmente.
La construcción de los sueños, necesita una participación, una preparación y un entrenamiento y la verdadera satisfacción no debería estar centrada en el logro del objetivo, la satisfacción está dada también dentro del proceso de construcción, así como en nuestra vida en la cual tenemos que evolucionar, madurar y pasar por diferentes etapas, nuestras organizaciones deben pensar que sus objetivos estratégicos son alcanzados de acuerdo a la etapa en la que se encuentren. Nuestro papel como consultores en las organizaciones es como el papel de nuestros maestros en algunas etapas de nuestras vidas, dónde nos formaron, prepararon, guiaron, para que cada uno materializaremos nuestros sueños de acuerdo a nuestro entendimiento y podamos disfrutar ellos.
Ahora bien, para las organizaciones, cómo consultor sólo somos una guía para que los objetivos estratégicos puedan convertirse y materializarse con base a la misma esencia que a lo largo de la trayectoria cada empresa ha podido construir, de tal manera que siempre se pueda vivir la aventura y la adrenalina que pueda sacar del proceso, disfrutando el estado y sólo mirando para atrás para tomar energías en la proyección de la organización, el arquitecto empresarial, estará allí mirando realmente que tanto pudo esa organización explotar su verdadera esencia en el momento que lo necesitaba.
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